Hoy día estamos acostumbrados a grandes máquinas de más de 100cv, pero esto no era así en la Europa de principios de los 70. La aparición de la Laverda SFC 750 en 1971, la convertía en la moto de producción europea más deportiva del momento, que solo dejaría su cetro con la llegada de las Ducati 750SS, pero esa es otra historia.
Su historia nace en 1969 en una carrera de resistencia que se realizaba en el sur de Holanda que hoy en día ya no tiene continuidad, su nombre, las 24 horas de Oss. Massimo Laverda se presentó con tres motos mas otra unidad de pruebas, en los entretenimientos previos, las tres motos naranjas fueron las grandes dominadoras, pero la falta de experiencia del equipo en este tipo de carreras y los problemas de pistones que persiguieron toda la noche a las tres motos hicieron que se tuvieran que conformar con un meritorio 4º puesto, conseguido por Massimo y Brettoni.
En 1970 la fábrica, visto el potencial de sus monturas, se involucra al 100% en el proyecto y con ello llegan numerosos triunfos en distintas carreras de resistencia. En estas pruebas participaban con híbridos entre el modelo 750SF y el que sería a partir del año siguiente el SFC.
Del año de su bautizo, 1971, cabe destacar la gran actuación en las 24 horas de Montjuich, aquí Laverda consiguió el 1º, 3º y 4º puesto, quizá su mayor éxito. Luego vendrían muchas grandes actuaciones en carreras de resistencia hasta su declive en 1973 cuando la fábrica se lanza al proyecto de su tricilíndrica de 1000cc, abandonando el desarrollo de la Laverda SFC 750.
La SFC supuso sin duda una buena opción para muchos pilotos privados del momento, eran más rápidas que las Ducati 750SS, su más dura competencia, y su fiabilidad unida a un diseño agresivo la convirtieron en un icono de la moto deportiva italiana.
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