Este fin de semana, en el mágico circuito de Imola, el romano Max Biaggi se hacía con el título de pilotos en el mundial de SBK 2010 y dejaba a la marca de Noale a un paso de conseguir el de constructores.
Han tenido que pasar 11 años, desde su debut en esta categoría, para que Aprilia obtenga este título. Todo empezaba con la presentación de su RSV Mille en 1998. Era la primera moto "grande" que fabricaban y sin dejar apenas tiempo, se embarcaban en el mundial de SBK de 1999. El piloto elegido era el experimentado australiano Peter Goddard, la moto era nueva, había que desarrollarla y la elección no podía ser mejor. El "aussie" acababa la temporada en el puesto 12 del campeonato y con un 5º como mejor resultado. El trabajo estaba hecho.
Con el comienzo de milenio, se fichaba a un grande para empezar a conseguir resultados, había que venderla en la calle y este era el mejor escaparate. Troy Corser pronto dió sensaciones de poder optar a todo sobre el bicilíndrico italiano, ese año acababa 3º del mundial, con cinco victorias y dejando a Aprilia 5ª en el ranking de constructores.
En 2001, con Regis Laconi como compañero, el título tenía que llegar. El mundial empezaba muy bien, pero el australiano se hizo daño en el hombro y aunque no dejo de correr, los resultados no fueron los esperados. El año acababa con dos victorias de Troy (4º del mundial), una de Laconi y el 3º puesto de constructores. También hay que recordar que Aprilia se veía ahogada por su propia crisis económica y el proyecto RS Cube, la tricilíndrica con la que competían en MotoGp, lo que cortó de raiz la evolución de la moto.
En el 2002 entra como patrocinador PlayStation y como piloto se ficha a Haga. El japonés pone toda la carne en el asador desde el principio, pero las vitorias no llegan (3 segundos). Aunque queda 4º del mundial y pone a Aprilia 3ª entre los constructores, en ningún momento dió sensación de poder meterse en la lucha que libraban la Ducati de Bayliss y la Honda de Edwards, éste último a la postre sería el vencedor del mundial en una estupenda carrera en Imola.
El 2002 es el último año en que corre la RSV-1000, y habrá que esperar al 2009 y a la RSV4, para volver a ver a las superbikes de Noale en los circuitos.
En 2009 se ficha al japonés Nakano y a Max, Max Biaggi, sin duda era una fuerte apuesta y aunque el año del debut siempre es duro, Max demostró el porqué de su fama y consequìa una victoria en su circuito talismán, Brno, y cuatro segundos puestos, quedando cuarto del mundial. Ese mismo año llega a la estructura el talentoso inglés Leon Camier, que sustituye a un gris Nakano que solo brilló en los test de pretemporada, y vemos una carrera de Simoncelli sobre la RSV4, en la que cosechaba un meritorio 3º en una manga delante de Biaggi, muestra inequívoca de que la moto andaba y andaba bien.
Y por fin el 2010. Desde el principio se ha podido ver a Biaggi dispuesto a ganar el mundial que tanto tiempo lleva siguiendo, solo ha tenido como rival a Leon Haslam y su Suzuki. Aunque otros pilotos han ganado carreras, Checa, Rea, Haga, etc. El británico siempre ha estado en la pomada, y solo la falta de apoyo por parte de Suzuki le ha dejado un poco indefenso ante el empeño de Aprilia.
Es verdad que este año la escuadra oficial Ducati ha sido un desastre, que las Honda se quedaban sin Neukirchner a primeras de cambio y que solo a media temporada ha aparecido el genio de Crutchlow sobre su Yamaha, pero un mundial es un mundial, la mala suerte o el azar se pasean por el paddock y nunca se sabe donde van a sentarse, y esta es otra variable que hay que tener en cuenta. Pero con los números en la mano (13 podiums de ellos 9 victorias) y las sensaciones que nos han dejado durante todo este mundial, si ha tenido que haber un vencedor, ése es el Corsario. Enhorabuena Max!!!
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