Dani ganó en Jerez mientras Jorge finalizaba por detrás de su compañero de equipo. La pretemporada de Lorenzo no le sirvió para ponerse al nivel de los mejores y tuvieron que pasar algunas carreras hasta que lograra liderar una prueba. Tras varias carreras en las que la lluvia fue un factor importante, Pedrosa inició su escalada hacia el liderato y Jorge comprendió como debía pilotar una dos y medio. Dani encadenó tres victorias (en Le Mans, Mugello y Montmeló) mientras Lorenzo mostraba todas sus caras como piloto. En Francia completó una buena carrera rodando por primera vez con los mejores. En Italia finalizó segundo, en una espléndida actuación, supliendo con pilotaje lo que le "faltaba" a su moto, que se mostró muy lenta en las rectas. Pero en Cataluña, cuando era candidato a la victoria, se fue al suelo (arrastrando consigo a De Angelis) en un infructuoso intento de parar a un Pedrosa que lideraba la carrera y comenzaba a poner tierra de por medio. Estas tres citas sirvieron de aviso para Dani, Lorenzo era un rival a tener en cuenta; tanto por calidad como por su estilo agresivo y poco respetuoso con los rivales. En la caída de Montmeló Jorge se lesionó la clavícula lo que ponía en tela de juicio su participación en el Gran Premio de Holanda. Precisamente en la cita catalana, el ambiente comenzó a caldearse. Tras el espléndido doblete de Mugello, las expectativas en torno al duelo entre españoles eran muy altas, algo que se pudo comprobar en los entrenamientos. Pedrosa le arrebató la pole a Lorenzo en su último intento y el padre de Dani lo "celebró" con un corte de mangas que las cámaras captaron.
A raíz de estas carreras surgió cierta polémica debido al rendimiento de la moto de Lorenzo. La diferencia en velocidad punta respecto a la Honda de Pedrosa y las Aprilia era muy grande (en Mugello fue de más de 10km/h) y, a la vez, un serio hándicap. Algunas voces lo achacaban a que el material que Honda le suministraba no estaba a la altura y que le estaba perjudicando. Sin embargo, desde su propio equipo explicaron que el problema se debía a que su piloto cambiaba las marchas antes de tiempo y no aprovechaba toda la potencia del motor. Evidentemente, el menor peso y corpulencia de Pedrosa le favorecía en las rectas (y aceleraciones) ya que oponía menos resistencia al viento y su relación peso/potencia era mejor. La moto de Barberá no tuvo estos problemas de velocidad punta y, en el caso de Jorge, se minimizaron a partir de la carrera de Montmeló. En estas pruebas también se pudo ver el cambio de estrategia de Pedrosa. La confianza que le dio el título y el rodaje con la dos y medio le ayudaron a progresar como piloto, especialmente en las frenadas. Seguía siendo su punto flaco, pero era capaz de sacar un plus cuando lo consideraba oportuno y no era una presa tan fácil para sus rivales como lo fue en 2004. Esto le permitía correr sin mucho desgaste, manteniéndose en la cola del grupo y lanzando su ataque a pocas vueltas del final, marcando en esos momentos la vuelta rápida. De hecho, Dani empleó esta estrategia en Le Mans y Mugello y la repetiría en otras citas a lo largo de la temporada. Sin embargo, en MotoGP todavía no ha sido capaz de conseguir una victoria repitiendo este guión ni ha conseguido realizar cambios de ritmo tan bruscos como los que hacía en 250 (a veces de más de un segundo entre una vuelta y otra). Cuando Dani percibió que el nerviosismo era el talón de Aquiles de Lorenzo no dudo en sacarle partido. Por ejemplo, cuando varios rivales superaban a Jorge, él no perdía la ocasión de hacer lo mismo. La cuestión era alterar a Lorenzo, forzar su error.
En Assen Jorge se cargó todos los pronósticos al firmar la pole pese a su lesión. Lideró durante toda la carrera pero tras los adelantamientos de Porto y Pedrosa se puso nervioso y perdió la oportunidad de contraatacar. Lorenzo demostraba en todas las carreras que estaba preparado para ganar, pero no sabía gestionar las carreras y en carrera sufría extraños bajones. La cita de Sachsenring elevó la tensión existente por lo que aconteció. Lorenzo lideraba en las primeras vueltas pero, en pocos virajes, le superaron Aoyama, Dovizioso y De Angelis. Pedrosa le adelantó, buscando el fallo, y este no tardó en llegar. Jorge quiso devolverle la moneda en la bajada pero no consiguió meter la moto completamente. Dani trazaba por el exterior y no le dejó espacio (no le vio o no le quiso ver) y el piloto mallorquín tocó con su moto la parte trasera de la Honda de su rival. Lorenzo se fue al suelo y Dani ganó la carrera con el escape dañado tras este lance. Tras la carrera Dani aseguró que no sabía quién le había tocado y Puig le aconsejó a Lorenzo que no declarara continuamente que iba a ganar si luego no lo hacía. También dijo que debería tomarse las cosas con calma en las primeras vueltas y no precipitarse. Tras la carrera de Alemania llegó el parón veraniego y la respuesta dialéctica de Amatriaín y Lorenzo no se hizo esperar. El manager del mallorquín acusó a Pedrosa de prepotente y Lorenzo afirmó que era mejor piloto que Pedrosa y que el tiempo lo demostraría. Posteriormente Puig tildó a Lorenzo de envidioso. Con este cruce de declaraciones la temperatura subió notablemente y el ambiente estaba muy caldeado -la prensa colaboró a ello- en la cita de Brno. Jorge quería ganar alguna carrera para batir el record de precocidad de Dani mientras este quería evitarlo a toda costa.
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