
Este año la clásica moto de la firma germana cumple un cuarto de siglo desde su nacimiento en el año 1983. Todo surgió de un prototipo de motor BMW Serie K, un tricilíndrico de 750 cc, pero fue el motor 4 cilindros K 100 el primero en salir a la venta hace 25 años atrás.
Las multicilíndricas de BMW nacieron por la década del 80’ para ampliar una gama que parecía estancada en los motores boxer. La marca alemana asumió el reto de ofrecer la más avanzada tecnología del momento en la K 100, que daría comienzo a una larga saga de modelos tetracilíndricos.
La historia de la Serie K tiene un comienzo curioso ya que a mitad de los años 70’ las ventas de motos en la marca alemana no venían para nada bien. Sus directivos se animaron a más y tomaron la decisión de poner en marcha un proyecto con el fin de diversificar la gama de la marca: fue el proyecto BMW K 589.
Josef Fritzenwenger fue el responsable del proyecto que se inició en 1977. Tras varios años de trabajo consiguieron el modelo final que comenzaría la gama K y en 1983 nació la leyenda, la misma que continúa hasta estos días ya que es común ver por las calles de la ciudad un mito de estos.
Obviamente años tras años la Serie K fue evolucionando y mejorando sus prestaciones, calidad y rendimiento. Como siempre equipada con la máxima tecnología y con toda la comodidad para quien la conduce. En unos meses, BMW estará de festejo por el primer cuarto de vida de uno de sus modelos de dos ruedas más exitosos.
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