En 1998 llevaba el dorsal nº 118. Cristian Romero era entonces el primer argentino en aventurarse en moto en los caminos africanos.
La tentativa se terminó en Mauritania, en las inmediaciones de Atar, tras nueve etapas. Este nativo de Buenos Aires ya no tuvo más tiempo de medirse en el Dakar.
Debemos decir que la competencia no es santo de su devoción: «Ya no corro más competencias. Por el contrario, en Argentina o en Chile, salgo a menudo con un grupo de amigos que corren en moto. Durante cuatro o cinco días, descubrimos las regiones por donde va a pasar el rally.»
Después de haber sido un buen segunda línea en el Casi, uno de los clubes de San Isidro en donde debutó su amigo Agustin Pichot, Cristian Romero se inclinó por el deporte mecánico de moto y pulió su accionar: «El físico me demanda estar en forma y sobre una moto no tengo puntos fuertes. En cambio soy todo terreno.»
También recibió consejos de otros corredores de moto que son referencia, como Cris Hayden, Franco Picco, y las 11 participaciones en el Dakar, o Kenny Roberts, que frecuentó en la escuela de pilotaje en Barcelona.
Usuario habitual de una KTM 990 para sus raids entre amigos, es sobre una 690 que correrá el rally con la firme esperanza de terminar: «Me siento en confianza con la idea de correr en los terrenos de aquí. Sé que el Dakar no tiene nada que ver con los rallys en donde participé pero sé que puedo llegar hasta el final.»
Prensa Dakar
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