Todo indicaba que la temporada 2005 sería buena para Sete. Continuaba en el mismo equipo lo que le daba estabilidad. El conocimiento mutuo simplificaba el trabajo de puesta a punto y esto se reflejaba en los cronos. Además afrontaba su tercer año junto a Juan Martínez (su ingeniero jefe), quién había trabajado antes con Burgess y Rossi en Repsol Honda (era el técnico encargado de las suspensiones) y había ayudado a Gibernau a mostrarse regular a lo largo de las anteriores temporadas. Por si esto fuera poco, su posición en Honda era envidiable ya que se encargaría del desarrollo de la RCV desde el principio. La pretemporada fue buena, e incluso consiguió el BMW en el test IRTA.

Sin embargo su carrera deportiva estaba a punto de dar un cambio negativo. Tras el incidente de Qatar la rivalidad con Rossi había dado un cambio significativo y el piloto italiano no dudaría en cobrarse su venganza. De hecho Doohan afirmó en unas declaraciones que no creía que Sete fuera capaz de volver a ganar carreras. Su nuevo compañero de equipo sería Melandri ya que Edwards había fichado por Yamaha. Marco no había destacado especialmente en MotoGP hasta ese momento, pero el cambio a Honda le sentaría bien. Aunque la pretemporada fue ilusionante para sus esperanzas, Yamaha estaba realizando un gran trabajo para revalidar el título en su 50 aniversario. La M1 mejoró en numerosos apartados. El motor tenía más potencia y el control de salidas dio un gran salto adelante. El trabajo con el chasis y las suspensiones fue muy bueno y la moto era aun más equilibrada. Esto permitiría a Rossi ser rápido en todas la pistas y no tener grandes problemas para poner a punto la moto.


La primera cita del mundial marcaría el resto de la temporada. Rossi y Sete protagonizaron en Jerez su duelo más encendido. Gibernau marcó el ritmo durante toda la carrera. Rossi atacó cuando quedaban dos vueltas para el final y comenzó la última vuelta con una ventaja que, bien administrada, debería ser suficiente. Valentino se pasó de frenada en Dry Sack y Sete recuperó la primera posición. Cuando parecía que la carrera se decidiría en la última frenada Rossi superó a Sete en "Crivillé" (la curva 11). Es un lugar poco habitual en MotoGP ya que adelantar en ese punto entraña mucho riesgo. De hecho, Valentino estuvo a punto de irse al suelo (perdiendo la rueda delantera) y Gibernau se puso primero nuevamente. La frenada de Ducados (la última curva) decidiría el ganador y Valentino no tenía la distancia y la velocidad óptima para atacar por culpa del error anterior. Sin embargo se lanzó al interior del viraje y sacó a Sete de la pista. La maniobra tuvo mucha controversia pero no fue sancionada. El Doctor realizó un ataque a la desesperada porque no era capaz de aceptar una derrota a manos de su rival. Prefirió sacarlo de pista y jugarse una caída que ser derrotado por Gibernau. Rossi se defendió diciendo que Sete también había sido poco correcto cuando le pasó saliendo de Dry Sack y que él vio un hueco y se metió, dando a entender que Gibernau debería haber cerrado más la puerta. El piloto español sufrió un golpe en el hombro que le ocasionaría más problemas en el futuro.

La carrera y lo que aconteció después sería decisivo en su rivalidad. En el corralito y en el pódium se vivieron escenas de mucha tensión con numerosas recriminaciones a Valentino. Mientras Sete se mostró como un caballero, Rossi se mofaba de su rival apoyado por su entorno. En el pódium Rossi le ofreció la mano a Sete y este se la dio de mala gana. Fueron muchos los que criticaron la caballerosidad de Gibernau ya que la encontraban incomprensible después de todo lo sucedido. La temporada continuó en el Gran Premio de Portugal donde comenzó el festival de mala suerte y errores de Sete. Durante la carrera comenzó a llover y esto permitió el estreno de la bandera blanca. Gibernau comandaba la carrera con una ventaja de un segundo sobre Barros. La lluvia se intensificó en algunas zonas de la pista y los comisarios no se decidieron a la hora de sacar la bandera que indica "superficie deslizante". Al liderar la carrera, Sete fue el primero en encontrarse esta situación y lo pagó con una caída. En China la lluvia podría favorecer a Gibernau. Tras un estupendo warm-up parecía el máximo favorito para hacerse con la victoria. Sin embargo Michelin le recomendó un neumático diferente para la carrera y este le impidió igualar las prestaciones del warm-up. Rossi vencía bajo la lluvia mientras él finalizaba cuarto. En Le Mans hizo una de sus mejores carreras de la temporada. Tras cometer un error en la chicane recuperó posiciones dando un recital de vueltas rápidas por el camino. Cuando llegó al grupo de cabeza, formado por Edwards y Rossi, no logró alzarse con la victoria porque los pilotos de Yamaha hicieron táctica de equipo y le dificultaron lanzar el ataque definitivo. Pese a sufrir una nueva derrota, parecía que Gibernau remontaba el vuelo. Esta sensación se disipó en Mugello. Tras unos buenos entrenamientos no fue capaz de seguir el ritmo marcado por Rossi y se fue al suelo cuando intentaba desembarazarse del pelotón de italianos que le precedía. A partir de ahí Valentino bajó el ritmo, permitiendo a sus compatriotas recortar las diferencias. Este hecho demostraba que Rossi aun veía a Gibernau como su mayor amenaza. La cita de Montmeló fue una repetición de lo sucedido el año anterior. Sete marcó el ritmo y a falta de dos vueltas, Valentino atacó y se hizo con la victoria. Estaba claro que el piloto barcelonés no era capaz de aprender la lección.
De ahí en adelante los resultados de Sete se empobrecieron progresivamente. En Assen y Laguna Seca no pasó de la quinta plaza. La lluvia de Donington Park le hacía albergar esperanzas. Tras ponerse en cabeza sufrió una caída cuando estaba abriendo hueco. Rossi sumó una nueva victoria tras llevarse varios sustos y cometer algunos errores. En Sachsenring cometió un error en la última vuelta que le sirvió en bandeja el triunfo a Valentino. Gibernau parecía desconcentrado y desmoralizado. No era capaz de ganar una carrera porque siempre fallaba en el momento clave. La premonición de Doohan se estaba cumpliendo y además tenía otros motivos por los que preocuparse: Melandri y Hayden eran cada vez más competitivos y le estaban dejando en evidencia frente a Honda.
La pausa veraniega debería servirle para cargar las pilas y desconectar de su pésima primera mitad de campeonato. El Gran Premio de Brno marcaría la tónica para el resto de la temporada. Gibernau estaba en forma y su ritmo de carrera parecía insuperable. Sin embargo la moto no se comportó igual durante la carrera y no pudo escaparse. Una vez más Rossi le mantuvo bajo control y le superó en los últimos compases. A falta de pocas curvas para el final la RCV con el dorsal 15 se detuvo en mitad de una curva; Sete se había quedado sin gasolina. Este lance fue la gota que colmó el vaso para el español. Tras la carrera se mostró muy disgustado por lo sucedido y amenazó con no participar en los test post-GP si no le daban una explicación a la situación que estaba viviendo. Aunque finalmente participó en los test, su futuro en Honda estaba definido. La marca no toleraría una amenaza de este calibre (Honda quería probar en esos entrenamientos la base del modelo 2006) y el propio piloto se estaba moviendo para realizar un cambio de aires. Gibernau estaba quemado por todo lo que le rodeaba. Deportivamente las cosas no funcionaban y además tenía que escuchar todo tipo de burlas y comentarios despectivos desde su propio país. Tras realizar dos temporadas formidables, la opinión pública (no tanto la prensa especializada) menospreciaba su capacidad y le señalaba como un piloto gafado.
El final de temporada fue desafortunado y estuvo marcado por los numerosos errores que cometió. En Motegi y Sepang se fue por los suelos, arrastrando consigo a Nakano ( en la caída de Sepang). La rivalidad con Melandri le jugó una mal pasada en las últimas pruebas. Sete no veía con buenos ojos que su compañero de equipo le superara y esto le añadió una presión que no fue capaz de soportar. En Qatar se pasó de frenada (saliéndose por la tierra) cuando intentó recuperar precipitadamente la posición que había perdido tras ser adelantado por Marco. En Turquía fue un error de concentración el que le hizo repetir la salida de pista de Qatar y cuando se reincorporó a la carrera no tenía opciones de luchar por el pódium. Mientras tanto Rossi se relajaba con el título en el bolsillo y su nivel de competitividad bajaba, permitiendo a Melandri estrenarse en MotoGP. La cita de Cheste puso el punto y final al campeonato. Sete volvía a quedar fuera de los puntos y Valentino no pudo inmiscuirse en la lucha entre Melandri y Hayden. Rossi cerraba una temporada brillante con 11 triunfos y ayudando a Yamaha conseguir el mundial de constructores y el primer puesto en la clasificación por equipos. La cruz de la moneda fue para Gibernau, que finalizó en séptima posición con cuatro segundos puestos como únicas visitas al pódium. Tras una temporada lamentable debía buscar equipo porque Honda apostaría en 2006 por pilotos jóvenes (Hayden, Melandri, Pedrosa, Elías) y ninguna de las partes estaba interesada en continuar con su colaboración. El trabajo del piloto barcelonés en el desarrollo de la RCV fue bueno pero no pudo aprovecharlo porque las ganas de batir a Rossi y la excesiva presión que se impuso por mejorar sus resultados le acabaron jugando una mala pasada. Por fortuna, Gibernau seguía teniendo crédito y Ducati le contrató pese a que algunas personas de la propia fábrica preferían que Checa continuara en el equipo.

PD: En este enlace tenéis unas declaraciones de Sete hablando sobre Rossi y de sus perspectivas para la próxima temporada.
http://www.marca.com/2009/03/26/motor/mundial_motos/1238082148.html


PD2: El próximo artículo será el último de este repaso a la rivalidad Rossi-Sete. Si enténdeis italiano puedo colgar dos vídeos en los que Valentino habla sobre su rivalidad. Si os parece bien transmitírmelo en los comentarios.

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