Julián Simón está protagonizando una pretemporada sobresaliente en su retorno al octavo de litro. Ha sido veloz en todas las pistas en las que ha rodado, le han salido los tiempos fácil y se ha mostrado muy constante en sus cronos. En algunos trazados ha marcado importantes diferencias con sus rivales. Todos estos detalles le señalan como el gran favorito de cara al título. Sin embargo esto debería resultar sorprendente teniendo en cuenta que tan solo ha conseguido una victoria en todas sus temporadas en el mundial. Además ha tenido problemas al luchar con otros pilotos porque no corría con la agresividad necesaria aunque cuando ha corrido con determinación (como en la segunda mitad de 2008) ha mejorado en muchos apartados. La frenada es uno de los puntos en los que más ha mejorado. Ha pasado de ser un piloto que flojeaba en este aspecto, a convertirse en una de las referencias de la categoría (en 250). Pero a base de exigir a los neumáticos su ritmo a final de carrera se resentía. Viendo que en el pasado ha tenido algunos problemas, es lógico preguntarse cuáles son las razones que han provocado un cambio tan acusado en tan poco tiempo. Mirando a los últimos campeones del mundo en 125 se encuentran ciertos paralelismos. Tras los éxitos de Honda (Pedrosa 2003, Dovizioso 2004 y Luthi 2005) Aprilia recuperó su dominio. Y lo hizo coronando a pilotos que venían de protagonizar temporadas desastrosas con otras monturas. Bautista corrió en 2005 con una Honda del Seedorf Team y su mejor resultado fue un cuarto puesto en Assen. Finalizó en decimoquinta posición sumando ocho abandonos. Su mayor problema fue que no encontraba una puesta a punto acertada para el tren delantero y perdía mucho tiempo a la entrada de las curvas. Para recuperar el terreno perdido forzaba a la salida de los virajes aprovechando que el motor de láminas de su Honda aceleraba muy bien a bajo y medio régimen. Pero sufrió algunas caídas "saliendo por orejas" al tener que pilotar constantemente de esta manera. Sin embargo, esta experiencia le sirvió de mucho en su vuelta a Aprilia (2006) ya que se mostró como el piloto más completo de la categoría. Había depurado su técnica de pilotaje en aceleración y además tenía una moto que le permitía ser muy eficaz a la entrada de los virajes. El resultado fue una temporada de absoluto dominio, en la que batió records y mostró una superioridad incontestable. No se veía nada igual, en la habitualmente competida 125, desde el primer título de Valentino Rossi (1997).
Al año siguiente se repitió la situación pero esta vez el protagonista fue Gabor Talmacsi. El húngaro tuvo que emigrar a Honda tras su "no renovación" en KTM. Aunque su temporada con la moto japonesa fue mejor que la de Bautista (estaba en un equipo más experimentado, el mismo en el que competía Dovizioso) padeció los mismos problemas que el talaverano y tuvo que desarrollar otras armas para poder luchar contra las Aprilia. Cuando Aspar le fichó en 2007, se mostró muy sólido durante toda la pretemporada y llegó en un gran estado de forma al inicio del campeonato. Aunque perdió varias carreras en la recta de meta por la superioridad de las RSA (él llevaba una RS) fue muy regular y supo suplir con su pilotaje la inferioridad de su montura. Al contrario que Faubel, cosechó victorias escapándose del resto gracias a su ritmo al rodar en solitario. Talmacsi destacaba sobre sus rivales en la salida de la curva ya que sabía colocarse encima de la moto para mejorar la aceleración y, además, era muy veloz en el paso por curva. El actual campeón del mundo, Mike Di Meglio, también siguió el camino de sus predecesores. Tras competir en Honda sin grandes resultados (finalizó 17º en 2007 sin subir al pódium en toda la temporada) fichó por Derbi para competir con una RSA. El cambio de moto le permitió dar un salto de calidad inesperado que le llevó a luchar por el título. Las carreras en lluvia fueron importantes para situarse bien en el campeonato. Pero una vez que ganó en confianza, fue capaz de mostrarse superior cuando la pista estaba seca. En el caso del francés, su punto fuerte fue la frenada y la entrada en curva, ya que frenaba muy tarde pero esto no le impedía llevar una buena velocidad de paso por curva.
Simón parece el próximo piloto que da un cambio en su carrera deportiva tras subirse a una Aprilia. El toledano ha competido con Honda (125 y 250), Malaguti (125) y KTM (125 y 250). Todas estas motos contaban con un motor con admisión por láminas, menos potente pero más dócil que el propulsor de las Aprilia. El chasis también era diferente ya que eran motos (Honda y KTM) más manejables, con mayor agilidad pero menos estables en la entrada en curva a media-alta velocidad. Para ser rápidos con ellas es necesario ser eficaz en la frenada y salir bien de las curvas ya que las motos italianas suelen ser superiores en el paso por curva. Sus pilotos aprenden a utilizar mejor el gas y a hacer fuerza en las estriberas para dominar la moto, pero esto no siempre es suficiente para salir vencedor. Por ello cuando ha estado a lomos de una Aprilia, Simón ha sentido una liberación al tener una montura muy efectiva en la entrada en curva y con un motor más potente que le permite sentirse a gusto y no tener que forzar constantemente. Enseguida ha adquirido confianza y le salen fácil los tiempos.
Además Julián ha tenido la suerte de fichar por uno de los mejores equipos de la categoría que ha tenido mucho que ver en su magnífica readaptación al octavo de litro. El Bancaja Aspar Team tiene mucha experiencia y destaca por su profesionalidad y por ser una de las escuadras que reciben un trato preferencial por parte de Aprilia. Tienen datos de temporadas anteriores lo que ayuda mucho a la hora de poner la moto a punto y los máximos responsables del equipo (Aspar y Borsoi) saben dirigirlo a la perfección. Aconsejan a sus pilotos y les hacen crecer. Además han demostrado que en un mismo box pueden convivir grandes pilotos (2006: Bautista, Pasini, Faubel y Gadea- 2007: Talmacsi, Faubel y Gadea) sin que los resultados se resientan, sino todo lo contrario. Esto se puede deber a que Jorge ya vivió situaciones parecidas en su época de piloto en activo cuando competía para Derbi. Simón está ante una gran oportunidad en su carrera deportiva y debe aprovecharla. Está marcando diferencias en la pretemporada y además de forma regular. No está teniendo problemas para poner a punto su RSA ni ha sufrido contratiempos en forma de caídas y lesiones. Esto le será de gran ayuda en una temporada en la que el tiempo de entrenamientos va a ser menor de lo habitual. Sus principales rivales serán, a priori, jóvenes pilotos que no tienen tanta experiencia. Cabe destacar que la nueva generación (Smith, Espargaró etc.) está teniendo más problemas de los esperados para explotar su potencial. Las incógnitas están en la estrategia de carrera que utilice cuando se encuentre en un grupo numeroso y en la agresividad que demuestre sobre la pista. La situación que se está dando con Julián resulta curiosa. Alberto Puig fue su descubridor (en la Copa Movistar) pero no le contrató para correr en su equipo hasta el año 2007 (le ayudó a fichar por Malaguti y KTM). Para el piloto español era un sueño hecho realidad. Al fin podría correr junto al hombre que le había descubierto y había ayudado a Pedrosa a conseguir tres campeonatos del mundo. Sin embargo, su colaboración nunca terminó de ser productiva y precisamente cuando se ha alejado de su tutela está demostrando la calidad que hizo que un día Puig apostara por él.


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