Dani Pedrosa, el elegido

En el caso de Dani su manera de pilotar, de plantearse las carreras y de entender este deporte está unido a la figura de Alberto Puig. Él le enseñó y le guió hacia el éxito. Desde sus inicios mostró una especial predilección hacia Pedrosa en detrimento de Olivé y Jara. La principal razón fue su capacidad para comprender lo que se le decía y llevarlo a cabo. Cuando le explicaban lo que debía hacer el ya lo estaba visualizando sin subirse a la moto. Aunque no era el más rápido, si era el que mayor potencial atesoraba y Alberto se dio cuenta y apostó por él.



Su estilo de pilotaje es muy particular y en él destacan una técnica muy depurada y su fabulosa eficacia a la salida de los virajes. Y es en este aspecto en el que está basado su pilotaje. Mientras que en la entrada en curva no es un piloto extraordinario cuesta encontrar un piloto que lo supere a la salida. Y es que su trazada va encaminada a acelerar pronto y salir rápido. Frena de manera progresiva y busca soltar los frenos pronto para entrar con rapidez y con la moto muy estable y realiza una trazada bastante puntiaguda. Suele hacer deslizar levemente la moto con el gas para ayudar a que el giro sea más veloz y a continuación levantar la moto muy rápido abriendo el gas con decisión. La sincronización con la que realiza esta maniobra es envidiable y además le permite minimizar la perdida de tracción.


En contraposición con Lorenzo que hace trazadas más redondas Pedrosa siempre se ciñe mucho al cordón interior, realizando menos metros. Aunque no lo hace a base de cerrar mucho su línea de entrada, sino que procura acercarse al vértice interior cuando se aproxima a la salida para disponer de más metros hasta el exterior del viraje en los que acelerar con fuerza. Hace los cambios de dirección muy rápido, pero sin realizar un gran esfuerzo físico y es que esta maniobra sirve como ejemplo de su excelente técnica. Aprovecha las inercias de la moto y sabe variar la posición del cuerpo sobre la moto con gran precisión. Todo ello para desplazar con celeridad de un lado a otro una moto que pesa casi el triple que él. Y es que el propio Rainey (admirador del piloto catalán) destaca la suavidad de sus movimientos sobre su montura encaminados a arañar décimas al cronómetro y evitar latigazos. Mientras que Jorge lleva una posición más retrasada encima de la moto, Dani carga más peso en la parte delantera para mejorar la agilidad. Durante la inclinación saca mucho el cuerpo adoptando una postura similar a la que llevaba su ídolo Doohan y es que las similitudes entre ambos son notorias, de hecho pese a los años de evolución sus trazadas son en ocasiones calcadas. A la hora de aumentar el ritmo destaca por forzar más en los cambos de dirección y la aceleración en contraposición con otros pilotos que lo intentan tan solo apurando más las frenadas.


Pese a todas sus virtudes tiene algunos defectos en su pilotaje y el principal son las frenadas. Desde su salto a MotoGP el piloto de Honda ha tenido problemas en este aspecto y su progresión no ha sido suficiente. Mientras que en las categorías pequeñas éste fue su punto débil el primer año, pero con un buen trabajo en pretemporada logró mejorar sustancialmente, en la categoría reina no se ha situado a la altura de los mejores. Y esto se debe en parte al problema que supone su estatura. Al medir tan poco la resistencia al viento cuando se coloca erguido es menor que la de sus rivales. Pero el mayor handicap viene por su complexión liviana que le impide cargar peso en la parte trasera para evitar que ésta se alce y desestabilice la moto, perjudicando con ello la entrada en curva. Aunque también Honda es partícipe en esta situación ya que aún no ha conseguido darle a Dani una moto que minimice sus problemas. Teniendo en cuenta la trascendencia de las frenadas en el cuerpo a cuerpo y lo prolongadas que son con estas motos este es un punto de obligada mejora, aunque por parte del piloto español voluntad no faltara. Un punto de fácil mejora es la tendencia de trazar ceñido al interior. Realizando esta maniobra incluso en curvas cerradas, en las que es más eficaz llegar ligeramente colado para poder frenar más tarde y acelerar levantando la moto antes, y por tanto, con más fuerza y mejor tracción.


Otra de sus debilidades es la dificultad que encuentra en la curvas rápidas si la velocidad de llegada es muy alta. Esto se debe a que le cuesta dejar correr la moto y elegir la trazada correcta, perdiendo siempre algo de tiempo. Por el contrario cuando se trata de un viraje veloz en el que se llega a una velocidad similar a la del paso por curva traza a la perfección e incluso se muestra más veloz que sus oponentes. Tal vez se deba a que el tren delantero no le ofrezca la seguridad necesaria para lanzarse a realizar la curva con decisión. Muchas veces se ha comentado su falta de agresividad y su conservadurismo pero es consecuencia directa de sus inconvenientes para detener la moto que le hacen decantarse por no forzar para evitar una caída. Pero su estilo no está carente de agresividad, sobre todo a la hora de acelerar. De hecho su fiereza al abrir gas, en ocasiones, le impide llegar a final de carrera con el neumático en las mejores condiciones. Y es que su estilo castiga más el neumático posterior que otros pilotos como Rossi o el propio Lorenzo que fuerzan más en la entrada en curva.


Entre sus circuitos predilectos destacan aquellos en los que el uso del gas es importante con un predominio de curvas de velocidad media-baja. Buenos ejemplos de esto serían Cheste, Motegi y Sachsenring aunque es competitivo en casi todos los circuitos. Tan sólo ha encontrado dificultades en pistas con muchas zonas rápidas como Phillip Island y en menor medida Losail.


Psicológicamente Dani es duro como una roca. Y la primera prueba le llega del propio Alberto que acostumbra a dar lo mejor a sus pilotos pero también a exigirles y presionarles. Exceptuando las carreras en lluvia Pedrosa siempre ofrece un alto rendimiento. Posee una notable determinación y sabe seguir el guión marcado para la carrera independientemente de la tensión existente. Esto se debe a la frialdad que atesora y a la confianza en su entorno. Es capaz de esperar a la cola del grupo conservando neumáticos o a marcar un ritmo infernal de la primera a la última vuelta siempre aconsejado por la pizarra. Pero también sabe leer muy bien las carreras, percibiendo cuando se da un cambio de ritmo y toca pasar al ataque. También cabe destacar su capacidad para apretar desde la primera vuelta pese a que los neumáticos no estén en su mejor temperatura. Esto se debe a que sale a las carrera muy mentalizado y sabe mantener perfectamente la concentración. Tampoco se vendrá abajo porque su compañero de equipo le supere o sus rivales le desprecien, él saldrá a la próxima carrera liberado de estas situaciones por más que en el momento le molestasen. Aquello que no ayude para ir rápido o que pueda incitar al error lo deshecha sin pestañear. Un buen ejemplo son sus destacadas actuaciones corriendo lesionado o convaleciente que además de brillantez muestran una gran fuerza mental y sacrificio.


Sin embargo la prueba de fuego la tiene con Lorenzo, quien salga vencedor de este duelo marcara una era, el otro tendrá que resignarse a recoger las migajas. En cualquier caso el futuro del motociclismo español se presenta envidiable y es que vamos a vivir años de éxitos que seguro, serán recordados en el futuro.


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