La primera temporada en la que ambos pilotos coincidieron en la pista fue 2002. Dani contaba con un año de experiencia, ya había logrado dos pódiums y había demostrado que era un piloto con un buen potencial y que, si continuaba con su progresión, podría luchar por el título. Jorge debutó en Jerez el día en que cumplió quince años. Gracias a su buena trayectoria en las copas de promoción pudo acceder al equipo oficial Derbi, la moto con la que Poggiali se adjudicó el título en 2001 (las Derbi y las Gilera eran la misma moto pero con distintos colores). Al principio de temporada las motos de Dani y Jorge eran opuestas en lo que a rendimiento se refiere. La Derbi era muy rápida y funcionaba perfectamente gracias a la experiencia acumulada en los años anteriores. Pero Jorge no tenía la suficiente experiencia para sacarle partido y tampoco era su obligación, ya que Poggiali y Ui serían los responsables de conseguir buenos resultados. Pedrosa inició la temporada con una Honda que tenía un motor con poca potencia y con una suspensión trasera que no funcionaba en las curvas largas. Sin embargo, Puig logró que HRC se involucrara en el desarrollo de la moto gracias al apoyo económico de Telefónica Movistar. Dani luchó por el título hasta las últimas pruebas, logrando tres victorias, pero las carreras bajo la lluvia le hicieron perder muchos puntos respecto a Vincent, que se llevó el título. La Honda mejoró mucho a lo largo de la temporada y en la segunda mitad de temporada era tan rápida en las rectas como las Aprilia oficiales. Pero la suspensión trasera seguía sin funcionar correctamente. Mientras tanto las Derbi/Gilera apenas evolucionaron durante la temporada ya que Bartol pasó a centrarse en el diseño de su nueva montura, la KTM. Sus pilotos tenían que poner mucho de su parte para estar en el grupo de cabeza y, en esta situación, Lorenzo no pudo obtener resultados destacables. De hecho, los novatos con los que podía compararse (Barberá y Dovizioso), y con los había competido anteriormente, le superaron ampliamente.


De cara al 2003 ambos pilotos debían dar un salto de calidad. El objetivo de Dani era el título mientras que Jorge debería progresar y convertirse en un habitual del grupo de cabeza. Honda trabajó mucho en la RSW de Pedrosa. La moto empleó un nuevo carenado, más afilado y que se ajustaba a las dimensiones de Pedrosa. Además introdujeron novedades ,en la horquilla y en las suspensiones, heredadas de las RC211V. Pero inicialmente la moto no estaba a punto y Dani tuvo que luchar contra los problemas de juventud de su nueva montura. Lorenzo tenía más problemas aún. Olivier Liégeois (el técnico que hizo volar las Honda de Melandri y Azuma en 1999, cuando Alzamora logró el título) se puso al mando del departamento de carreras de Derbi y la situación que se encontró fue desastrosa. No existía ninguna organización en cuanto a las piezas y los datos de los ordenadores tampoco eran correctos. El equipo trabajó duro para poner las motos en pista, pero no eran competitivas. Debido a esto, optaron por compaginar el mundial con algunas pruebas del CEV para ir desarrollando la moto. Pedrosa logró varias victorias en las primeras citas (Welkom y Le Mans), pero perdió puntos en otras por errores propios. En esta época, Dani demostraba ser un piloto competente en el cuerpo a cuerpo y alternaba victorias luchando con otras escapándose en solitario. Por ejemplo en Welkom supo sobreponerse a un fin de semana en el que la moto todavía presentaba algunos problemas y logró la victoria pese a que inició la última vuelta en cuarta posición.


En Le Mans Jorge asomó la cabeza por los primeros puestos. Se clasificó en primera línea gracias a su registro del viernes, porque el sábado llovió y no se bajaron los tiempos. Lorenzo estaba en la primera línea de una prueba del mundial a pesar del pobre rendimiento de su Derbi (Alzamora, su compañero de equipo, tuvo una temporada horrible) pero los nervios le jugarían una mala pasada. Su salida fue mala y, en su empeño por recuperar posiciones, se tocó con otro piloto y los dos se fueron al duelo. No pudo completar una sola vuelta. En Montmeló Jorge logró un resultado que dio esperanzas al equipo. Remontó del 21º al 6º y encabezó el segundo grupo. Por su parte, Pedrosa sumó la tercera victoria de la temporada tras planear perfectamente su maniobra de adelantamiento en la última vuelta. Dani se escapaba en la clasificación mientras Jorge seguía luchando con una moto que, poco a poco, empezaba a funcionar. A partir de ahí se sucedieron unas carreras en las que Lorenzo encadenó errores y Dani tuvo que superar un bache que puso en duda su posición en el campeonato.


En la parte final de la temporada, Pedrosa aumentó las diferencias con sus rivales, especialmente con Perugini, y mezcló victorias con actuaciones normales. Unas veces porque se limitaba a correr con la calculadora y otras porque la RSW dio algunos problemas de fiabilidad (rotura en Brasil en la vuelta de honor y rotura del amortiguador de dirección en Motegi cuando marchaba en cabeza con una amplia ventaja). Paralelamente Lorenzo iniciaba su escalada en cuanto a resultados. En Estoril lideró el segundo grupo y en Jacarepaguá se aupó definitivamente a las posiciones de cabeza. En su primera carrera con los mejores se llevó la victoria permitiendo que el equipo Derbi creyera en sus posibilidades. En esta carrera Jorge se mostró muy encendido y se limitó a pilotar al máximo, sin plantearse una estrategia. Apoyado en esta agresividad, realizó un doble adelantamiento por el exterior a Pedrosa y Stoner que se le quedó grabado como uno de sus mejores momentos en la competición. Tras cruzar la meta ambos pilotos se saludaron y contrastaba ver como Lorenzo estaba eufórico por haber batido a sus rivales, especialmente a un Pedrosa que acaparaba los elogios dentro del octavo de litro, mientras que Dani le felicitaba pero consideraba esta victoria un hecho aislado y pensaba que Jorge no era un motivo de preocupación. Esta victoria le ayudó a ganar en confianza y su rendimiento mejoró, aunque mantuvo una línea irregular. Se cayó dos veces y subió al pódium en Sepang. Allí Dani logró el título y se liberó de toda la presión. En la rueda de prensa tras la carrera Jorge comentó que su objetivo para el 2004 sería el título y que él sería un digno heredero del trono de Pedrosa.


El Gran Premio de Australia del 2003 fue un momento clave dentro de la carrera deportiva del nuevo campeón. Dani sufrió una caída en los entrenamientos y sufrió lesiones de gran importancia en las dos piernas que no solo le impidieron disputar las dos últimas carreras, sino que afectaron a su crecimiento. Sin esta lesión, probablemente el piloto catalán habría superado sus actuales 158 cm. de estatura. La temporada se terminó para él y se tuvo que centrar en la recuperación de sus lesiones. Curiosamente a raíz de este incidente, Dani se mostró muy propenso a la lesiones mientras que en sus inicios en el campeonato (2001 y 2002) el saldo de sus caídas eran meros rasguños. Lorenzo pasó sin pena ni gloria en las dos últimas citas y puso la vista en un 2004 que estaría plagado de retos.


Uno de los puntos que influirían en la temporada 2004 sería la evolución de la Derbi. El modelo del año 2003 mejoró progresivamente pero, por su naturaleza, era una moto difícil de conducir. El chasis no funcionaba mal pero era difícil de poner a punto lo que unido a la falta de experiencia de Jorge afectó a su regularidad. El gran problema estaba en el motor. La moto corría y solía estar bien posicionada en cuanto a velocidad punta. No era un problema de potencia, sino del carácter del motor. A bajo y medio régimen la potencia no llegaba y para que la moto acelerara correctamente a la salida de las curvas había que llevar la moto en la zona alta del cuentarrevoluciones. Por este motivo Jorge tuvo que modificar su estilo de pilotaje y llevar un paso por curva muy rápido que le permitiera salir de las curvas en la zona buena del motor. Además, el equipo tenía que prestar mucha atención al ajuste de la relación de marchas para evitar estos "vacíos" del motor. Por el contrario el motor de la Honda aceleraba muy bien en bajos y medios y, además, tenía una entrega de potencia dócil que ayudaba cuando el asfalto estaba mojado. La parte ciclo también había sufrido diversos cambios, permitiendo a Dani sacar un plus en las frenadas cuando lo necesitaba y mejorando el comportamiento de la moto en cualquier tipo de curvas. El único punto débil estaba en refrigeración del motor. Dani pasaba de tener la moto más rápida en las rectas en las sesiones matinales a tener una moto lenta (en comparación con las Aprilia) en las sesiones de clasificación. En este sentido el horario de las carreras de 125 jugó a su favor ya que, en caso de correr al mediodía, su rendimiento en carrera se habría visto afectado.


La temporada 2004 vio el exitoso salto de Pedrosa al cuarto de litro y el intento frustrado de conseguir el título de 125 por parte de Lorenzo. Jorge empezó mal la temporada y cometió muchos errores con lo que la diferencia con Dovizioso fue muy grande desde las primeras carreras. Logró tres victorias (Assen, Brno y Qatar) y en los dos primeros casos demostró ser un piloto muy agresivo, muy competitivo en el cuerpo a cuerpo y con una buena capacidad de improvisación. Sin embargo, Jorge tenía mucha tendencia a correr por impulsos y no planteaba correctamente las carreras, asumiendo demasiados riesgos. Derbi no le ayudó a alzarse con el título ya que continuó con los mismos defectos y los pilotos que heredaron su montura cosecharon resultados muy inferiores a los suyos. Tanto Honda como Aprilia tenían motos sin fisuras, un motivo de alivio para sus pilotos. No es casualidad que sus tres victorias llegaran en trazados rápidos y fluidos, en los que escasean las zonas lentas en las que prime la aceleración.

Dani logró el título en su primer intento y batió varios records de precocidad. Supo aprovechar mejor que nadie las virtudes de la Honda lo que le llevó a sumar siete victorias. La falta de experiencia con la moto, debido a la tediosa rehabilitación, no fue un impedimento para él gracias a una adaptación prodigiosa que no fue fruto de la casualidad. Antes de cambiar de categoría se quedaba viendo los entrenamientos de 250 y estudiando a sus futuros rivales. Además visionó muchas cintas de Daijiro Kato y le tomó como modelo en cuanto a trazadas y estilo de pilotaje. Cuando por fin se subió a la moto se dedicó a llevar a la práctica, sorprendentemente bien, la teoría que había aprendido. De ahí que, en una categoría menos competida que 125, no tuviera problemas para subir al pódium cuando sus rivales eran más fuertes que él. Su regularidad fue clave para tener el campeonato bastante controlado desde el principio y le permitió alternar carreras al ataque con otras más conservadoras. Sin embargo demostró tener algunos problemas en las luchas cuerpo a cuerpo y, por ello, acostumbraba a forzar desde el principio, aunque los neumáticos no estuvieran en las mejores condiciones.


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