El mundial afrontaba su última temporada con las motos de 500cc. monopolizando la parrilla y para los fabricantes el objetivo era conseguir este último título. Biaggi y Rossi veían como solo tendrían una oportunidad para coronarse en la categoría en la que corrieron sus ídolos. Todo el mundo les señalaba como los grandes favoritos al título y esperaban que la lucha entre ambos fuera apasionante. Valentino se encargó del desarrollo de la NSR y la dirección que marcó fue acertada. Se centró en mejorar la respuesta del motor con respecto a la versión del año 2000. Pero también pidió algunos cambios en el chasis, algo que sorprendió a los ingenieros de HRC ya que la parte ciclo de la NSR llevaba desde el año 94 -cuando Doohan consiguió su primer título- sin grandes novedades. Yamaha no introdujo grandes cambios en su YZR lo que le hizo partir con cierta desventaja. Como era habitual, la primera cita del mundial fue en Suzuka y la carrera estuvo plagada de momentos tensos. Rossi partía desde la séptima posición y su salida le hizo perder aun más puestos. Sin embargo tenía ritmo para ganar y no tardó en acercarse al grupo de cabeza. Cuando llegó al cuarto puesto se encontró delante de él a Max, que se había puesto primero al inicio pero que luego bajó hasta el tercer puesto. Valentino comenzó a presionar a Biaggi quién le cerraba la puerta de forma peculiar. Cuando Rossi tenía la posición ganada su rival, Max soltaba el freno y se metía en la curva como si no hubiera nadie más. Esto obligaba a Valentino a frenar para evitar el choque. En la chicane Max repitió esta maniobra, pero tuvo dificultades para abrir gas porque hizo el cambio de dirección muy tarde. Rossi salió con más velocidad y trató de superarle por el exterior y cuando se pusieron en paralelo Biaggi empujó con el codo a su rival y le sacó por la tierra. Cuando Valentino intentó adelantarle nuevamente Biaggi le obligó ,una vez más, a frenar para que no chocaran. Rossi estaba muy molesto por el recital de maniobras dudosas que su adversario estaba llevando a cabo y estaba decidido a demostrárselo. Aprovechó su rebufo para colocarse a su altura y cuando llegaron a la frenada Valentino frenó cruzándose en la trayectoria de Biaggi. Dentro de la curva sacó el dedo corazón y le dedicó una peineta a Biaggi. Rossi estaba encendido pero también estaba mandándole un mensaje a Max. En pocas curvas superó a Nakano para meter un piloto entre ambos y un poco más tarde se puso en cabeza y pilotó sin concesiones hacia la primera victoria de la temporada. Biaggi intentó evitar su escapada pero no lo logró y se tuvo que conformar con la tercera plaza.

Tras la carrera los pilotos intercambiaron impresiones de forma acalorada tanto en el corralito como de camino a la rueda de prensa. Valentino escuchó comentarios por parte de la prensa italiana que le molestaron notablemente. Algunos periodistas equipararon la maniobra de Biaggi con el gesto que le dedicó. No entendía como se podía equiparar un gesto vulgar pero que no era un riesgo para nadie con una maniobra que le podía haber llevado al suelo cuando rodaba a 220 km/h. Biaggi añadió más leña al fuego explicando que en realidad había sacado el codo para evitar que sus manillares se engancharan porque Rossi se le acercó peligrosamente. La primera cita de la temporada puso de relieve que la temporada iba a ser movida, aunque habría que esperar algunas pruebas para que se produjeran nuevos enfrenamientos. En Welkom y Jerez Valentino repitió victorias y consiguió una renta importante en el campeonato. Biaggi no pasó del octavo y el undécimo puesto respectivamente y parecía tener problemas con su moto. Pero en Le Mans las Yamaha oficiales renacieron y Max y Checa consiguieron un magnífico doblete mandando en carrera desde el principio. Rossi no pudo plantarles cara porque se equivocó al montar un neumático muy duro que deslizaba en exceso. Valentino llegaba a Mugello decidido a conseguir su primera victoria con una moto de 500 delante de sus aficionados y con el recuerdo de la carrera del año anterior. Dominó los entrenamientos y logró la pole con una moto decorada al estilo hawaiano. Pero la lluvia fue la protagonista de la carrera y cambió el guión previsto. Rossi alcanzó la segunda posición en las últimas vueltas pero para entonces Barros tenía una distancia insalvable. El Doctor cometió un error absurdo al irse al suelo cuando tenía el pódium asegurado y no tenía opciones de victoria. Biaggi finalizó tercero y recuperó 16 puntos.
En Montmeló se produjo el lance más serio entre los dos pilotos. Rossi partía desde la pole y Max le acompañaba en la primera línea. Valentino hizo una de sus peores salidas y encima tuvo que esquivar a varios pilotos que se tocaron en la primera curva. Pese a estar hundido en la clasificación fue capaz de remontar a buen ritmo, superó a todos sus rivales y logró la victoria con más de dos segundos sobre Biaggi.

Cuando Valentino se dirigía al pódium vio como Max -que estaba furioso por el resultado de la carrera- empujaba al Gibo Badioli (manager de Rossi hasta el lío de la evasión fiscal) porque éste no se había dado cuenta de que quería pasar. Las protestas de Badioli molestaron a Biaggi que le empujó nuevamente. Valentino se acercó a su rival recriminándole su comportamiento y Max le demostró que quería "desfogarse" con él tras la carrera. Acto seguido comenzó la pelea entre ambos en las escaleras que conducen al pódium y tuvo que ser Carlo Fiorani -por entonces jefe de equipo en Repsol Honda (el cargo es el mismo que ocupa Lin Jarvis en el Fiat Yamaha)- quien los separara. La ceremonia en el pódium no delató lo que acababa de suceder pero los dos pilotos continuaban excitados. La rueda de prensa oficial se celebró sin que la mayoría de los periodistas conocieran lo sucedido y tampoco fueron capaces de intuirlo pese a que sus rostros tenían marcas rojas por los golpes que se habían propinado. Uno de los periodistas preguntó a Biaggi por una de las marcas que tenía en la cara pero él respondió que era un picotazo de mosquito. Los pilotos no querían que este hecho saliera a la luz pero la noticia no tardaría en correr como la pólvora por el paddock. Al fin y al cabo un cámara de la RAI había presenciado la escena(no grabó las imágenes pero si el sonido), al igual que la gente de Dorna que se encargaba de preparar la entrega de trofeos. Tras la carrera Biaggi y Rossi tuvieron que ir con sus jefes de equipo (Jarvis y Fiorani respectivamente) a mantener una reunión con la Dirección de Carrera para hablar de lo sucedido. Estos escucharon las distintas versiones de lo sucedido y se retiraron para decidir si aplicaban algún tipo de sanción. Mientras tanto, el clima de tensión que se respiraba durante la espera era muy grande. Fiorani trató de romper el hielo preguntando a Biaggi sobre el resultado de la Roma (el equipo de fútbol) y el piloto de Yamaha le respondió que no lo sabía. Lo divertido del asunto es que Biaggi llevaba un pañuelo de la Roma en el brazo porque su equipo acababa de ganar la liga italiana. Los miembros de la Dirección de Carrera decidieron no sancionarles pero hicieron mucho hincapié en que no comentaran nada a los periodistas y en que no se repitieran los hechos.

Durante las dos semanas siguientes se habló mucho en la prensa de lo sucedido en Montmeló y el clima en Assen era de tensión y expectación. Estas dos carreras supusieron el punto álgido en su rivalidad. En Holanda se convocó una rueda de prensa para que los pilotos se dieran la mano y escenificaran una paz irreal. Dorna insistió tanto en este asunto que finalmente ambos accedieron. La carrera fue vibrante con cuatro pilotos luchando por la victoria, aunque eran Max y Valentino quienes tenían más cuentas pendientes. Biaggi había logrado una puesta a punto muy buena lo que le permitía pilotar "sobre raíles". Además, Yamaha había introducido novedades en el motor y la YZR se mostraba más veloz en las rectas que las NSR de Barros, Capirossi y Rossi. Valentino tenía problemas de puesta a punto y su moto no solo era inferior en velocidad punta sino que era la que más se movía a la entrada y salida de los virajes. Rossi comenzó a atacar a mitad de carrera y se situó a rueda de Biaggi, que comandaba el grupo. El piloto de Tavullia estaba siendo muy agresivo para compensar el flojo rendimiento de su montura. A falta de cuatro vueltas llegó el desenlace que nadie esperaba. La clásica lluvia holandesa apareció en el momento más inoportuno y obligó a suspender la carrera. El grupo de cabeza estaba a punto de ofrecer un final de carrera vibrante en el que hubieran podido batir el mítico record en carrera de Schwantz (que estaba vigente desde 1991) pero la meteorología les privó de esa oportunidad. Biaggi recortó ligeramente la diferencia en el campeonato con un Rossi que se veía capacitado para llevarse la victoria pero que se tuvo que conformar con el segundo puesto tras su gran enemigo.
PD: Lamento no haber colgado ayer el artículo tal y como prometí pero me surgieron algunos contratiempos y no pude hacerlo. Mañana colgaré el previo de Mugello tal y como estaba planificado.


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