Herencia de Laguna

La batalla de Laguna Seca marcó un punto de inflexión en el campeonato. Tres victorias consecutivas y una superioridad aplastante en entrenamientos hacían prever un nuevo recital de Stoner. El propio piloto se vería ganando la carrera, recortando puntos y recibiendo elogios sobre su estado de forma, superior al de 2007. Rossi cambió el guión preconcebido en una demostración de talento y cortó la racha de Casey. Aunque su renta en el mundial tan solo aumentó en cinco puntos, varío la tendencia en la categoría.

Durante esta temporada (antes de la cita americana) el australiano ya había mostrado sus dos caras. La arrolladora, como en Qatar y especialmente en Assen, Donington y Sachsenring. Y la dubitativa, como en Jerez, China o Montmeló, entre otros. En estas carreras no estuvo a su mejor nivel porque no supo digerir que Valentino quedara por delante de él con sus mismos neumáticos. En pretemporada aseguraba que “El Doctor” ya no tendría excusas cuando cayera derrotado. Sin embargo el italiano le superó, en ocasiones ampliamente, y en otras luchando contra él, provocándole un estado de nerviosismo. Casey nunca aceptó las explicaciones que daba la prensa a sus victorias el pasado año (electrónica, neumáticos, Ducati) y estaba deseando demostrar que sus triunfos eran fruto de su talento y su superioridad. Cuando ha conseguido su propósito, ha salido reforzado. Por el contrario, cada vez que pinchaba, él mismo dudaba de lo merecida que fue su corona.

El Gran Premio californiano supuso el mayor golpe para el joven campeón. Aunque en caliente hablara de maniobras irregulares, era consciente de la fabulosa carrera que había desarrollado su adversario y de que había perdido por una genialidad que él no es capaz de hacer. Sabe que cometió errores, la caída no fue el más importante pero si el más ilustrativo. Rossi jugó su baza después de la carrera, aprovechó el nerviosismo del australiano para buscarle las cosquillas con sus comentarios en el podium y la celebración. Valentino es muy consciente de la importancia de la psicología y los efectos que tiene en el rendimiento de sus rivales. Aunque con Casey ha cambiado de táctica. No le ridiculiza, como sí hizo con Biaggi y Gibernau, sino que trata de minar sus confianza y cuando lo ve factible “mete el dedo en la yaga”. El parón de tres semanas era un aspecto a tener en cuenta. De las conclusiones que sacara el piloto de Ducati iba a depender su actuación a la vuelta de vacaciones. Su fuerza mental y capacidad de superación quedarían retratados, para bien o para mal.

Stoner ya sabía lo que es correr con presión. En sus inicios en el mundial tuvo que correr con material poco competitivo (Aprilia privada 2002 en 250, KTM 2004 en 125) jugándose sus opciones para tener una buena moto dependiendo de sus éxitos. Aunque siempre fue rápido, tuvo muchas caídas y nunca encontró el equilibrio necesario para mostrar su potencial. Con su paso a Ducati conseguía, al fin, entrar en un equipo oficial y contar con el respaldo de una fábrica. Sin embargo este año tiene la moto asegurada, la presión viene por su propia exigencia.

El peor adversario

La causa de sus últimas actuaciones es él mismo. Es cierto que Rossi le ha presionado y ha forzado su posición en el campeonato, pero la mala gestión mental es el origen de sus problemas. En Brno, tras dominar los entrenamientos y en un circuito en el que contaba con ventaja por la potencia de la Desmosedici, quiso eludir el cuerpo a cuerpo en todo momento. Su ritmo era ligeramente superior al de Valentino, pero no suficiente como para escaparse. En lugar de plantear la carrera con seguridad, lo hizo tratando de evitar ciertas situaciones. Pensó en la lucha cuerpo a cuerpo, recordó la carrera de Laguna e imaginó una posible derrota. Además la clasificación del campeonato le obligaba a ganar y se expuso a una presión excesiva. Cuando comenzó a recortarse la diferencia que tomó en la salida no aceptó encontrarse batallando nuevamente y se auto convenció de que lo que había ido mal en Estados Unidos se repetiría. Así lo único que consiguió fue limitar sus opciones de victoria (objetivo que se obligó a cumplir) al tener un solo plan. Forzó en exceso y llegó la caída. Con este error despertó los fantasmas que creía haber enterrado.

En el test que realizaron tras el Gran Premio, encontró unos nuevos reglajes que aumentaban el contacto del neumático con el asfalto, reduciendo el grado de inclinación y el riesgo de accidente. Marcó unos tiempos espectaculares y parecía haber conseguido algo que le daría ventaja otra vez. Es algo que se ha venido repitiendo, logra mejoras en los test que le permiten destacarse de sus rivales. Y de cara a Misano podía ser de gran ayuda.

En la cita sanmarinense dominó con rotundidad los entrenamientos. Las diferencias con los demás fueron amplias. Casi tanto como en Laguna Seca. En carrera logró una cómoda renta gracias a una buena salida y al error de Valentino. La ventaja era suficiente para llevarse el triunfo pese a rodar más lento que en los entrenos. Rossi no era capaz de acercarse lo necesario para inquietarle. Entonces llegó el error, sorprendente viendo las circunstancias de carrera. La caída sucedió en una curva que viene precedida de una frenada en apoyo. Es uno de los puntos más complicados del circuito al exigir mucho del tren delantero y donde los pilotos deben prestar mayor atención. Se debió a una perdida de concentración. Con el cambio de tendencia que se produjo tras Laguna, Stoner está encontrado problemas para competir relajado. La tensión competitiva es imprescindible pero el piloto debe estar suelto para dar el máximo de si mismo. Y actualmente Casey está corriendo con mayor ansiedad, aunque ésta aparece en carrera y no en las sesiones previas. En la parrilla de salida, antes del inicio del Gran Premio se le veía preocupado. Su cara no reflejaba optimismo, ni daba la sensación de seguridad que si mostraba en citas previas. En su actual estado pilotar no es tan placentero, los tiempos le salen pero no tiene todo en su sitio (no en cuanto a puesta a punto, sino en la preparación psicológica para competir) y esto se refleja en la pista. En sus declaraciones comentó que habían rodado la goma en el warm up, que no rindió perfectamente en carrera y que la caída había sido inesperada. Pero el australiano sabe realmente lo que sucedió y es consciente de su responsabilidad en el incidente. Tal vez no reconocerlo públicamente sea un lastre para conseguir una mejora.

El rival más difícil contra el que está luchando Stoner es él mismo. Su diálogo interno mal enfocado y la presión que se impone le están pasando factura. Fue Rossi quién puso la semilla con su desquiciante actuación en América, pero Casey se ha encargado de alimentarla y hacerla crecer. La clave de todo está en pensar de forma negativa, cuando el australiano estaba en estado de gracia todo le salía fácil, sin darle importancia. Pero actualmente no es capaz de hacerlo. Recuperará su mejor nivel, volverá a ganar, pero estará condicionado por el tiempo que tarde en encontrar los motivos del cambio. Para ello un análisis sincero es indispensable. Volver atrás sería un buen paso para recuperar la confianza. Tener una actitud positiva y aprender a detectar y controlar los momentos de ansiedad y de un bajo nivel de concentración son el camino de regreso al éxito. Pero este es un cambio que no se produce de un día para otro, y debe entenderlo así, si no quiere presionarse en exceso ya que esto sería caer en el mismo error. Si logra invertir la tendencia y es capaz de estar abierto a diversos planteamientos de carrera, aunque sean un mano a mano con Valentino, mandará un mensaje a sus rivales y estará más cerca de volver a derrotarlos.


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