Su primera temporada en el cuarto de litro le sirvió para adquirir experiencia pero aún estaba lejos de ser un verdadero piloto de 250. Aún tenía vicios en su pilotaje y el margen de mejora era amplio. Para 2006 continuaría en el equipo Lotus pero esta vez a los mandos de una Aprilia oficial. La fábrica italiana quería a Lorenzo como primer piloto para intentar recuperar la corona en una categoría en la que tradicionalmente son los dominadores. Héctor tenía una gran oportunidad para mejorar su rendimiento y contar con una moto que se adaptaría mejor a su pilotaje, pero debería adaptarse a una nueva moto. La situación en el equipo no era idónea. Jorge contaba con un mayor apoyo por méritos propios y porque su manager era el coordinador del equipo. La relación con Lorenzo prácticamente no existía y el clima era de tensión. Si la temporada anterior la situación no había sido del todo equitativa el reparto de técnicos que realizó Aprilia molestó al piloto valenciano. Mientras Jorge contaría con el prestigioso Sandi, unos de los mejores (sino el mejor) técnicos y especialista en la puesta a punto de las exigentes RSW, Barberá se tuvo que conformar con Massimo Capana. Los pilotos que han colaborado con Capana no han destacado por mantener una gran regularidad y Héctor era consciente de la inferioridad con la que partía. La pretemporada fue irregular. En algunos circuitos rodaba rápido mientras que en otros se quedaba lejos de los primeros, especialmente de Lorenzo que consiguió registros espectaculares en varios circuitos.

La temporada comenzó en Jerez y no pudo pasar de la quinta plaza mientras su compañero conseguía su primer triunfo en 250. En Qatar Jorge repitió victoria y Barberá perdió el tercer puesto en la recta de meta. Pero en Turquía la situación dio un vuelco. Aoyama se llevó por delante a Lorenzo en una carrera en la que tenía ritmo para escaparse. De Angelis se cruzó en la última vuelta y se tocó con Héctor alejándole de la victoria, pero al menos había sido capaz de luchar en el grupo de cabeza. En China comenzó a darse una situación curiosa. Cuando uno de los pilotos del equipo Fortuna iba muy rápido el otro no era capaz de mantener el ritmo. La rivalidad les descentraba y les impedía rodar al máximo. La presión de verse superado por su compañero de equipo se dejaba notar. El piloto valenciano consiguió la que hasta hoy es su única victoria en el cuarto de litro, y lo hizo sabiendo gestionar bien una carrera que tenía al alcance de su mano gracias a su mayor velocidad punta. Pero el triunfo no trajo consigo continuidad ya que en Le Mans terminó en un pobre séptimo puesto, sin embargo Lorenzo se fue al suelo y perdía la ventaja acumulada en las dos primeras citas. Los problemas de Jorge hacían crecer a Barberá, pero en Mugello la suerte no le acompañó. Hizo unos buenos entrenamientos pero el embrague de su Aprilia se rompió en la primera vuelta y tuvo que abandonar. Por si esto fuera poco se lesionó en el brazo mientras preparaba el Gran Premio de Cataluña y se perdió la cita española y el gran Premio de Holanda. Sus rivales se escapaban claramente en la clasificación mientras él intentaba recuperar la forma física y la confianza. A su retorno Lorenzo, Dovizioso y De Angelis habían cogido velocidad de crucero y tenían una marcha más. Héctor tenía muchas dificultades para estar a su nivel. En Donington logró terminar quinto, favorecido por la caída de Dovizioso, y repitió el resultado en Sachsenring y Brno, finalizando las carreras a bastante distancia de los primeros. No consiguió sumar puntos en Sepang y finalizó la temporada en línea descendente. Tan sólo el tercer puesto de Cheste le aportó algo de alegría, pero ésta desapareció con el título de su compañero.

Tras el campeonato conseguido por Lorenzo, este exigió defender el título con un equipo que estuviera volcado en él, es decir, que Barberá debía buscarse equipo. Aunque su temporada no había sido, en algunas fases demostró su talento y que la Aprilia se adaptaba mejor a su pilotaje. Además había conseguido una mayor regularidad. Ni en cuanto a resultados ya que tenía muchos altibajos entre un Gran Premio y otro, sino que era capaz de terminar la mayoría de las carreras y no se iba al suelo por errores de novato. Sin embargo dos temporadas en una categoría era tiempo más que suficiente para mostrar todo su potencial y todavía no lo había conseguido. La coronación de Lorenzo era un hándicap más que añadir a la lista ya que su rivalidad tenía la base en la psicología. Los buenos resultados de uno de ellos conducían al otro a un estado de inseguridad e intranquilidad que se reflejaba en los tiempos. Y era de esperar que Jorge iba a dar un salto de calidad tras conseguir el objetivo que tanto había perseguido. Con esta situación encontrar equipo no sería fácil, peo el Team Toth se interesó por él en cuanto supo que estaba libre. Aunque la estructura no es la más glamurosa ni la que tiene mayor prestigio, es un equipo pequeño, con un buen ambiente y con medios económicos. Además Héctor cambiaría a Capana para colaborar con el prestigioso Rossano Brazzi, quién ya hizo campeones a Melandri, Rossi y Poggiali entre otros. Pero la temporada no iba a ser fácil ya que además de Lorenzo el brillante campeón de 125 Álvaro Bautista iba a subir al cuarto de litro.

La pretemporada no fue muy buena y aunque consiguió tiempos cercanos a los de Jorge su ritmo de carrera no era elevado sino que sus cronos se limitaban a una vuelta con neumáticos blandos. La relación con el equipo era buena. El grupo de mecánicos capitaneado por Brazzi le acogió bien y le permitió tener un mejor clima de trabajo en comparación con el Team Fortuna. Rossano era consciente del salto de calidad que debía dar su piloto. le dio su apoyo y trató de no presionarle, pero el experimentado técnico italiano acostumbra a perder la paciencia y Héctor no le pondría las cosas fáciles. Aunque contó en todo momento con una moto muy veloz en cuanto al motor, la parte ciclo no estaba siempre a su gusto y esto le ocasionaba algunos problemas.

La primera carrera en Qatar le permitió conseguir el primer cajón del año. Pero el sabor de boca no fue bueno porque se vio favorecido por la caída de bautista y además Lorenzo ganó con facilidad. En Jerez los pilotos punteros se encontraron en el grupo de cabeza y realizaron una carrera sin concesiones. En los entrenamientos Barberá se había dedicado a utilizar la rueda de Jorge para marcar el tiempo que le sirvió para clasificarse en primera fila, molestando con ello al piloto balear. En carrera se fue al suelo perdiendo la rueda delantera y permitiendo a sus rivales destacarse en la clasificación. Héctor no supo gestionar una situación de máxima tensión y no supo templar los nervios. Uno de su puntos débiles ha sido, desde siempre, la facilidad con la que se calienta, especialmente con algunos rivales. Esto le hace cometer errores y olvidarse de cualquier estrategia de carrera. La séptima posición de Turquía reflejó el varapalo que supuso el abandono de Jerez, y para colmo Bautista volvía a estar con los primeros sin apenas experiencia mientras él, con dos temporadas a sus espaldas no era capaz de encadenar dos buenas carreras. En China continuó con la mala racha y no pasó del sexto puesto, en un circuito en el que el año anterior logró su única victoria en 250. El cuarto puesto de Le Mans hacía pensar en un despertar y aunque en Mugello finalizó tercero lo hizo gracias a la caída de Lorenzo y a la inferioridad mecánica de la Honda de Dovizioso. En Montmeló no fue capaz de pasar del octavo puesto, en un circuito que conoce a la perfección y teniendo el apoyo del público. Abandonó en Donington y tan solo consiguió la séptima y la sexta posición en Assen y Sachsenring. Mientras Lorenzo mostraba una gran solidez y Bautista asombraba con su adaptación, él debía resignarse a ser el tercer español en discordia. Lo que le afectaba más era saber que a esos pilotos les ganaba con regularidad cuando estaban en 125. Pero de cara a la segunda mitad del campeonato se propuso mejorar sus resultados principalmente porque la opción de tener una moto oficial dependía de ello. En Brno logró un cuarto puesto por delante de Bautista. En Misano subió al pódium en tercer lugar y en Estoril fue quino, pero en ambas carreras superó a De Angelis. Bajo la lluvia de Motegi repitió tercer puesto en un recital de trazadas extrañas. En Phillip Island no sumó puntos pero cerró el periplo transoceánico con un segundo puesto en Sepang, luchando toda la carrera con el grupo de cabeza. Aunque el quinto de Cheste no le permitió terminar el mundial de la mejor manera, su final de temporada fue bastante bueno. De hecho se acercó mucho a Bautista en la clasificación general y estuvo a punto de ascender a la cuarta plaza.

0 Respuestas a El diamante sin pulir (3ª parte)

Publicar un comentario

Motos