Aunque su rendimiento volvía a estar por debajo de lo que se podría esperar, no faltaron las ofertas de otros equipos. Alberto Puig intentó contar con él para su equipo del cuarto de litro. El manager español era consciente de su potencial y creía que con sus consejos, su exigencia y un buen método de trabajo podía dar un salto cualitativo importante. Héctor no aceptó la oferta porque prefería seguir con una Aprilia oficial y con Brazzi. Aunque Puig le habría hecho mejorar como piloto, la KTM es una moto que difícilmente se habría adaptado a sus características y probablemente habría terminado perdiendo la paciencia. Cuando decidió seguir un año más en el Team Toth Rossano le hizo comprender que aprovechar los entrenamientos es muy importante y que trabajar en busca de un buen ritmo de carrera es prioritario. Barberá estaba determinado a progresar y tomó una serie de medidas.

En numerosas carreras era capaz de rodar rápido en las primeras vueltas pero cuando el rendimiento de los neumáticos bajaba y él cometía algún error, se quedaba descolgado perdiendo las opciones de conseguir un buen resultado. Se puso en manos de un psicólogo deportivo y entre los dos buscaron mejorar su concentración, apartar los pensamientos negativos y no venirse abajo cuando las circunstancias eran desfavorables. También debía reforzar su autoestima dado que la facilidad con la que le batió Lorenzo redujo la confianza en sus posibilidades. En pretemporada se dedicó a trabajar pensando en la configuración de carrera y practicando técnicas de conducción habituales en 250 pero que él no había tenido en cuanta. Esto se debió a que Brazzi le aconsejó utilizar el freno trasero y no depender en exclusiva del delantero. Pero aún no domina esta acción. Aunque Bautista le superó la mayoría de veces, la organización del trabajo en invierno fue la mejor desde que pasó a 250. También mejoró su preparación física y la relación con el equipo. Los test de Qatar previos al Gran Premio inaugural dejaron claro que el trabajo realizado en pretemporada era bueno y que partía como uno de los favoritos a la victoria.
El debut en Losail se acercó a lo que Barberá pretendía. En entrenamientos mostró un gran ritmo rodando en solitario y fue junto a Bautista quien exhibió un vuelta a vuelta más veloz. En carrera se escapó junto al talaverano y se puso en cabeza cuando el neumático de Álvaro se desgastó prematuramente. Mantuvo un buen ritmo durante varias vueltas pero después comenzó a trazar muy abierto las curvas izquierda y sus rivales le alcanzaron. Al parecer sufrió algunos problemas en el brazo izquierdo que le impidieron mantener el ritmo. Sin estos problemas habría comenzado la temporada con una victoria, pero el segundo puesto se podía considerar un buen resultado. Pero en Jerez no pasó de la quinta plaza y en Estoril las condiciones meteorológicas cambiantes le enviaron al octavo puesto. En China fue sexto bajo la lluvia aunque el bajón de las gomas (al secarse la pista repentinamente) le condicionó en la segunda mitad de carrera. En Le Mans el clima no acompañó y el duodécimo lugar hacía pensar en una nueva temporada con múltiples problemas. El asfalto seco de Mugello trajo consigo una mejora en sus tiempos. La caída de Bautista le dejó en un mano a mano con Simoncelli. Aunque la estrategia de carrera no fue la más acertada las opciones de victoria eran muy grandes. Barberá entraba largo en algunas curvas (fue un consejo que le dio Ángel Nieto) para que Marco pensara que le podría superar en la última vuelta., pero este comportamiento enfurecía al piloto italiano. Como Simoncelli era consciente de la inferioridad mecánica con la que contaba y no quería perder frente a su afición realizó una controvertida maniobra que le aseguró la victoria y a la vez impidió ganar en confianza al piloto valenciano que se fue de Italia con un importante golpe físico y psicológico. En Montmeló todo hacía presagiar una venganza de Barberá pero este se mostró correcto en todo momento. Durante la carrera tuvo muchos problemas de estabilidad en frenada ya que el tren trasero le bailaba y le impedía apurar al máximo. Aunque aguantó con Bautista y Simoncelli media carrera no pudo mantenerse a rueda cuando estos iniciaron un sprint final en busca de la victoria. En Donington finalizó cuarto y alejado del grupo cabecero, situación que se repitió en Assen. Bajo la lluvia de Sachsenring realizó una magnífica carrera finalizando segundo y tan solo el dubitativo inicio de carrera le impidió llevarse la victoria ya que sus últimas vueltas fueron una exhibición de pilotaje agresivo bajo la lluvia. La clasificación del campeonato no era buena por la falta de regularidad en sus resultados, pero Héctor había demostrado ser el piloto más veloz de la categoría junto a Bautista y Simoncelli. En Brno finalizó cuarto porque se repitieron los problemas de estabilidad en las frenadas y le costó mucho superar a Kallio perdiendo un tiempo muy valioso. La carrera de Misano fue uno de los Grandes premios más importantes de la temporada. Barberá llegaba muy motivado con la intención de superar a Marco y vengarse por el accidente de Mugello. Realizó unos entrenamientos brillantes y su ritmo de carrera le podría permitir la escapada en solitario. El domingo las temperaturas subieron y tuvo problemas para rodar como en los entrenos. Se enzarzó en una pelea con Simoncelli que posibilitó la remontada de Bautista. Tuvo un incidente con Pasini y a final de carrera la lucha con el piloto de Gilera ganó en intensidad y ambos protagonizaron maniobras peligrosas. Marco estuvo a punto de sacarlo de pista y cuando intentaba abrir hueco se fue por los suelos. Con una estrategia de carrera más acertada habría luchado por la victoria con Bautista pero se tuvo que conformar con el tercer puesto por detrás de Takahashi. Sin embargo esa carrera fue la demostración de que Héctor sería el gran aliado en el intento de remontada de Álvaro. Cuando estaba en el mejor momento de la temporada llegó la desafortunada lesión de Motegi. Sus entrenamientos en el trazado japonés habían sido muy esperanzadores, pero el accidente tuvo repercusiones más graves de lo que en un principio se pensó. Cuando Barberá estaba en un gran momento de forma y muy motivado por impedir que Marco se alzara con el título, una delicada lesión en las vertebras le apartaba de los circuitos para el resto de la temporada. El lado positivo fue que ya tenía cerrados sus planes para 2009 y podía centrarse en la recuperación.

Desde que se separó de Badioli para trabajar con Xavier Pérez (su actual manager) ambos han buscado el mejor entorno posible para trabajar. La próxima temporada encuadrado en el equipo de Sito Pons se encontrará con un grupo que destaca por su profesionalidad. Aunque una lesión tan delicada como la que tiene le va a perjudicar y le va a exigir llevar a cabo una rehabilitación muy cuidadosa, deberá estar en forma para el comienzo del próximo mundial. Una vez que esté recuperado tendrá que intensificar la preparación física y recuperar la confianza al pilotar la moto lo antes posible. El equipo le puede ayudar mucho en este sentido. El salto de calidad que ha tenido Terol esta temporada es, en gran parte, mérito del equipo y teniendo en cuenta la ilusión con la que Héctor afronta este proyecto las aspiraciones son notables. Su confianza en Sito es grande y es consciente de lo que el ex piloto le puede aportar, tanto en conocimientos como en experiencia. Pons mostró confianza en él desde el primer momento y quiso contar con Héctor para su nueva estructura en el cuarto de litro. Conoce su potencial e intentara que su progresión sea excelente porque sabe que es un futurible piloto de MotoGP y la vuelta a la categoría reina es uno de los objetivos primordiales de Sito. Será interesante ver si un maestro de la estrategia como él es capaz de que Héctor mejore por fin en este apartado. La confianza mutua será un pilar básico en el proyecto ya que si percibe que Pons se centra más en la progresión de su hijo que en él podría desmotivarse, a pesar de que Axel no debería ser un rival que le inquietara. Además Sito no destaca especialmente por el trato que da a sus pilotos y en estos puntos pueden surgir problemas en lo que promete ser una relación profesional muy productiva.

Héctor tuvo claro que en el cambio de equipo quería que le acompañara Brazzi como jefe técnico. La continuidad es un aspecto positivo si la colaboración es buena y Barberá está muy satisfecho con Rossano por su calidad profesional y porque éste le ha ayudado y aconsejado en todo momento para que mejorara sus prestaciones. Además el conocimiento mutuo agiliza la comprensión de los problemas que tiene el piloto y facilita la transmisión de los mismos. Solo cabe alabar el buen criterio para tomar esta decisión, pero Héctor debe ser consciente de la profesionalidad y experiencia de los miembros de su nuevo equipo. Sito siempre ha sabido rodearse de lo mejor y el fallecido Antonio Cobas o Santi Mulero son un buen ejemplo. El patrocinador que decidió apostar por él la pasada temporada también continuará a su lado en este nuevo proyecto. Barberá debería estar frente a su mejor temporada en 250 porque tiene a su disposición los medios necesarios para ello. Los buenos consejos que recibirá de Sito y de Ángel Nieto (con quién intercambia impresiones durante el fin de semana) deben ser el empujón definitivo siempre que las lesiones le respeten.

Al analizar su pilotaje se puede distinguir entre dos etapas. En el octavo de litro destacaba por la entrada en curva y la velocidad hasta la mitad del viraje. Frenaba tarde y dejaba correr la moto lo que le hacía un buen piloto en la lucha cuerpo a cuerpo. Además la velocidad punta de su Aprilia le facilitaba las maniobras de adelantamiento. Sin embargo al dar prioridad a la entrada en curva no siempre conseguía una buena línea de salida. Era muy veloz a una vuelta y no tenía problemas para seguir a otros pilotos aunque su ritmo no fuera muy elevado. Esto se debía a que sus trazadas nacían de la improvisación, cada vuelta podía retardar o anticipar la entrada en curva. No seguía un criterio porque no daba especial importancia a tener referencias (de frenado, aceleración etc.). Al probar cada vuelta a hacer una curva de un modo distinto puedes corregir errores pero es más fácil cometerlos.

En cuanto a su pilotaje en el cuarto de litro se han producido varios cambios. El mayor peso de las monturas le impide dejar correr la moto hasta mitad de curva como hacía con la 125, pero continua siendo un buen piloto en este apartado. Necesitaba mejorar a la salida los virajes y lo ha logrado, aunque abre el gas de forma muy brusca y esto castiga los neumáticos. Tiene un buen tacto con el gas y controla bien el deslizamiento de la rueda trasera pero en ocasiones debería conducir de forma más fluida. También debe trabajar en la posición encima de la moto. Es de los pilotos que menos se descuelga y esto hace que sus inclinadas no sean espectaculares. Acompañar adecuadamente a la moto es un punto básico del pilotaje pero aún mantiene vicios de su etapa del octavo de litro. Aunque su capacidad para rodar rápido en solitario es cada vez mayor debe comprender la importancia de las referencias para apartar definitivamente las trazadas extrañas y dejar la improvisación para momentos muy puntuales. Si consigue realizar inclinadas más pronunciadas y utilizar el gas de manera más progresiva tendrá menos problemas con las gomas y su paso por curva saldrá beneficiado. Para plantar cara a Simoncelli es importante frenar bien y Héctor ha mostrado ciertos problemas en este apartado (dependiendo de los circuitos) desde que se subió a la RSA. Dominar el uso del freno trasero y encontrar una puesta a punto efectiva son las premisas claves. Debe trabajar en condiciones de mucho viento o en pistas bacheadas ya que habitualmente se le atragantan. Además utiliza esto como excusa para justificarse cuando las condiciones son las mismas para todos. Si comprende su error y es capaz de ponerle remedio su confianza aumentará e irá mejorando gradualmente en otros puntos.

Barberá está ante una temporada muy importante en su carrera deportiva. ha recibido varias oportunidades gracias a su talento, pero si no es capaz de asentarse en la categoría y no da síntomas de mejora los equipos serán cada vez más reacios a contar con sus servicios. Si es capaz de detectar sus defectos y toma una actitud de trabajo más profesional puede conseguir grandes resultados. Actualmente hay pilotos con menos talento que han subido a MotoGP por su inteligencia encima de la moto y por saber trabajar fuera de ella. Héctor es uno de los integrantes de una magnífica generación de pilotos españoles (Bautista, Lorenzo, Pedrosa etc.) pero no siempre ha estado bien aconsejado ni ha comprendido lo que necesitaba para mejorar. En el equipo de Sito tendrá una oportunidad inmejorable de dar un nuevo rumbo a su trayectoria profesional y en sus manos está el saber aprovecharla.


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