Motos y motociclismo: Honda Elite

Honda Elite

Piloto y Textos Andrés Barragán

Honda es una de las históricas marcas en nuestro país, entre otras cosas porque instauró entre nosotros dos tipos de scooter que parecían raros y extraños en un principio, que con los años allegados no pudo imponerse, pero se convirtió en toda una identidad sobre todo en ciudades y municipios pequeños. Estamos hablando de las míticas Lead y Kinetic, que propulsadas con motor 2t, impusieron la efectividad de la scooter en ciudad y para personas con poca experiencia, gracias a su sistema de transmisión automático, en un tipo de vehículos que hasta ese momento se caracterizaban por el diseño “tipo Vespa” de rueda pequeña.

En los últimos años, la emblemática marca presentó un sinnúmero de modelos en nuestro prominente mercado, pero descuidó significativamente el apetecido segmento scooter. Luego de este receso Honda Fanalca logra reintroducirse con éxito, lanzando la Elite 125, que con sus formas algo galácticas y afiladas, se ha decidido por un diseño que podríamos denominar mucho más “neo retro”. Podemos asegurar que ha sido todo un éxito del departamento de diseño de la marca del ala dorada, puesto que resulta agradable a todo el mundo.

Esta scooter, a diferencia de muchas otras mezcla diseño y funcionalidad: Honda ha sido históricamente una de las fábricas más comprometidas con la incorporación y el uso de los motores de cuatro tiempos. Hace muchos años en el mundial de velocidad, a nadie se le pasaba por la cabeza competir con un motor de válvulas frente a las desmedidas 2t, y fue Honda quien decidió lanzarse al GP con la NR 4t de pistones ovales. Mientras los más importantes fabricantes pensaban lo mismo de las scooter, Honda ya estaba lanzando sus citadinas con motores cuatro tiempos marcando la diferencia en cuanto a suavidad, bajo nivel de emisiones contaminantes y reducido consumo de combustible.

Esta scooter, adopta el último motor desarrollado por la marca para este segmento. Se trata de un monocilíndrico de cuatro tiempos - como mandan las normativas anticontaminación hoy en día a nivel mundial- declara 7.8 caballos, pero para el cilindraje y consumos nos parece que le falta velocidad de punta y de salida. El consumo que nos arrojó fue de 123 km. por galón y una velocidad final de 85 km/h en terreno plano, subiendo no supera los 45 km/h, claro que para la ciudad son más que suficientes.

Honda, escogió un perfecto sistema de amortiguación que le hace ser, posiblemente, el más suave y progresivo del mercado en el segmento de los 125 c.c.: cómodo a la vez que mantiene las ruedas bien pegadas al piso, especialmente en curvas sobre asfalto en no muy buen estado. La protección frontal en cuanto a aerodinámica es muy buena pero respecto a la lluvia es deficiente, ya que por debajo de los manillares deja pasar bastante agua hacia las rodillas del piloto.

Lo primero que llama la atención es su diseño por dos motivos. El primero son sus agradables líneas, bonitas y originales que resultan, algo especialmente valorable en este segmento tan salvajemente disputado como el de los scooter 125. Sus ópticas algo salientes, sus perfiles redondos y sus detalles con un toque retro la hacen agradable para todo el mundo, aparte de su combinación cromática con gris en la parte baja para todos los colores disponibles: rojo, azul, plata y negro. Vale la pena resaltar que no tiene cromo por ningún lado, mientras Honda estaba pensando en el tema ecológico, yo pensé en lo estético, ya que el cromo contamina considerablemente y a mí en particular no me gusta el cromo en las deportivas; el cromo dejémoslo para las Chopper.

Ahora continuemos con el chasis. Al subir por primera vez, parece una 200, perfecto para aquellos motociclistas de gran estatura, porque entre otras cosas el asiento se sitúa bastante alto respecto al suelo y el habitáculo es muy generoso. En una scooter es fundamental la capacidad de carga, y esta scooter sobresale en este aspecto: Detrás del escudo hay una guantera no demasiado grande, pero siempre útil para poder llevar los documentos y objetos pequeños como el celular y la billetera, además de un práctico gancho para sujetar bolsas, bajo el asiento el típico espacio para el casco y a diferencia de otras, en este si cabe un casco integral. Para finalizar, en la parte trasera, de fábrica trae un monorack en aluminio para instalar fácilmente un porta casco.

En cuanto a frenos, adelante cuenta con un efectivo disco de gran calidad y un imponente brillo. Atrás se conforma con un simple sistema de tambor con freno de estacionamiento en la manigueta, efectivo teniendo en cuenta sus limitaciones y que además requiere bastante mantenimiento con tensados del cable cada 1000 km. aproximadamente.

Combina como pocas una excelente estabilidad en altas con una perfecta maniobrabilidad en bajas. Junto con la suave respuesta de su motor, la convierte en una opción “de elite” dentro del segmento, y es que Honda le apuesta a la tecnología y diseño frente a la multitud de precios “por el piso” con dudosa calidad y representación que invaden el mercado.